¿Cómo incorporar un hábito sin morir en el intento? Parte II

Lo más importante a la hora de introducir un hábito es la constancia, no la perfección.

  Así que enfoquémonos en empezar. Si eres de los que piensan que no eres capaz de cambiar, de incorporar nuevos hábitos en tu vida ni de aprender nuevas rutinas, reflexiona por un momento en todas las conductas automatizadas que llevas a cabo al día y los miles de hábitos que tienes incorporados en tu día a día.

Hábitos que has aprendido en algún momento porque has querido hacerlo (desde lavarte los dientes, hasta decidir dónde dejas las llaves o cómo ordenas los cajones de la ropa).

Si has podido implementar todas esas rutinas en tu vida ¿Por qué no vas a poder introducir cualquier otra?

Todos tenemos la capacidad de decidir sobre nuestra conducta y crear nuevos hábitos ¿Empezamos?

5 hábitos que puedes adquirir fácilmente

Cuando quieras incorporar un hábito, empieza por algo fácil, algo que no te genere estrés y que sea fácil de conseguir.

A cambiar también se aprende. Así que lo mejor es ir cambiando rutinas que te sean fáciles de conseguir. Al aumentar tu seguridad para afrontar cambios, irás adquiriendo más y mejores hábitos.

Puedes empezar por cualquiera de estos:

  • 15 minutos de actividad física (para empezar)
  • 2 litros de agua (mínimo)
  • Toma un buen desayuno, una comida saludable y una cena ligera
  • 10 minutos de actividad relajante (meditación, agradecimiento, pensamientos positivos, etc)
  • Duerme 8 horas (indispensable para recargar tu cuerpo)
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Iniciar cambios puede parecer complicado, pero conforme vas viendo que los incorporas a tu vida, y forman parte de ella, el proceso se vuelva cada vez más fácil y divertido.

Los hábitos no tienen que estar ligados a sufrir… no se trata de “quitarte algo que te gusta”; “no es hacer deporte hasta que te duela todo el cuerpo”, ojo, que al principio es obvio que tendrás molestias…, pero, sobre todo, no lo pases mal.  Ve poco a poco. Busca algo que puedas incorporar según tu estilo de vida.

Incorporar un hábito es un proceso en el que puedes divertirte y disfrutar, aprendiendo del cambio positivo que va a suponer en tu vida.

Cómo incorporar un hábito

Si tienes muchas cosas que quieres cambiar en tu vida, quizás te abrume la cantidad, te asuste el esfuerzo que te va a suponer y esto haga que tires la toalla antes de empezar.

Cómo te comentaba en el artículo anterior sobre las Claves para crear nuevos hábitos, mejor “un paso a la vez”.

Haz un listado de los hábitos que quieres cambiar y ordénalos por orden de urgencia y luego por prioridad (ojo, dos columnas separadas).

Recuerda, que lo importante no siempre es urgente y lo urgente casi nunca es importante, hasta que lo has dejado pasar muchísimo tiempo y entonces sí se convierte en importante, ¡¡¡pero por pura dejadez!!!

Decide qué hábito quieres trabajar primero y no intentes más de 3 al mismo tiempo.  Si me preguntas mi opinión, diría que empieces por 1, y cuando lo vayas integrando en tu rutina, pases al siguiente sin descuidar el anterior.

Los hábitos es cuestión de CONSTANCIA: “La constancia es el puente entre el deseo y la realización”

Y la única forma de ser constantes es midiendo tus avances por escrito. También en el artículo anterior de contaba cómo establecer los objetivos, para que fuesen medibles. Así podrás motivarte día a día con cada avance.

Y cuando falles, sé amable contigo mismo y no te juzgues. Cambiar un hábito no es fácil, requiere de persistencia y a veces la vida no nos lo pone fácil. ¡¡¡Pero que un fallo (o muchos) no te haga abandonar!!!

Recuerda: “La diferencia entre lo posible y lo imposible es la determinación”

Cómo eliminar un hábito

Si, por el contrario, quieres deshacerte de un mal hábito, estúdialo.  Intenta separar los momentos en que desarrollas este hábito, qué haces antes y qué haces después, qué te hace sentir en el momento, antes y después.

Y empieza por ir haciendo pequeños experimentos y cambiando alguna que otra variable y analizando cómo te sientes mejor.  Si entendemos qué detona un mal hábito, podemos llegar a controlarlo. Permítete tener pequeños caprichos, sin que los caprichos te controlen a ti. 

Es importante que incorpores un “buen hábito” por cada hábito que eliminas. Por ejemplo: Dejar de fumar por practicar técnicas de relajación; dejar de consumir bebidas azucaradas por incorporar productos integrales en tu dieta; o dejar de levantarte los domingos tarde, por salir a caminar media hora….

Así verás la recompensa de manera mucho más clara.

Prueba a separar tiempos en tu horario diario/semanal para practicar cada nuevo hábito, o dejar uno antiguo.  Empieza de menos a más y lleva tu ritmo.  No te compares, ni quieras seguir patrones.  Todos los estudios revelan, que cada persona es diferente y que los ritmos y tiempos depende de cada uno.  Empieza por planificar tu rutina y no lo dejes para después.

Y, sobre todo, cree en ti mismo. Visualiza la persona que quieres llegar a ser cuando hayas incorporado los cambios que te hayas propuesto. Aleja los pensamientos de fracaso y grita: ¡¡¡Sí puedo lograrlo!!!

¿Te han servido estos consejos para modificar alguna rutina? ¿Cuál vas a empezar? Me encantará que lo compartas conmigo en los comentarios.

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