» Planifica tu jornada. Establece bloques de tiempo para tareas específicas: emails, llamadas, redes sociales; tareas que requieren concentración; comidas y espacios para descansar; tiempo con la familia y amigos; espacios para “TI”: para hacer algo que te gusta y te de paz; etc.
» Prioriza. Rellena la tabla de Importante vs. Urgente y trabaja en lo que realmente tienes que hacer. Recuerda que lo importante no siempre es urgente y lo urgente no tiene que ser importante. Establece tus prioridades.
» Aprende a delegar. En caso de que cuentes con equipo (incluida familia) aprende a delegar (y soltar… olvida la perfección). No tienes que hacerlo todo tú mismo.
» Muy importante: muchas veces decimos que somos multitareas, pero enfócate en finalizar lo que empiezas. Siempre que inicies una tarea, asegúrate de tener la mente fija en que vas a concluirla antes de iniciar otra.